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Agricultores alrededor del mundo utilizan las películas acolchadas de polietileno (PE) para mejorar el rendimiento de los cultivos. Sin embargo, después de la cosecha, a menudo les resulta imposible recoger la totalidad de estas películas, especialmente cuando tan solo tienen unos micrómetros de grosor. Por lo tanto, los residuos de PE acaban penetrando en la tierra, donde se acumulan, puesto que no se descomponen. Un estudio independiente de ETH Zürich, en Suiza, ha demostrado la formación de biomasa cuando el Polibutileno Adipato-cotereftalato (PBAT) se biodegrada en la tierra. Los microbios de la tierra pueden usar las películas hechas de PBAT como alimento. Los microorganismos utilizan el carbono del polímero tanto para generar energía como para crear biomasa, degradándose biológicamente en la tierra y no permanece en ella como microplástico como sí lo hace el PE.
